Viejas caricias a un corazón renovado

30 04 2013

Son lindas y hacen bien, de eso no quedan dudas. Pero ya no reís como antes, ahora tu felicidad tiene nuevos aires.

Un viento seco calla tus sentidos, mezclándolos en confusas nebulosas. Es, quizás, la manifestación de haber entendido que tu rumbo cambia, y con ello tu entorno. Como en una montaña cuya cima está tapada por la neblina, estirás tu cabeza tratando ver el final. No vas a saltar al destino.

Una catarata de dudas nublan tu vista, te impacientan. Tratás de correr por respuestas hasta que tu conciencia despierta y ves que no sirve. Tiene una buena vida quien logra existir sabiendo que estas preguntas pueden responderlas sólo gente superior. Pero, volviendo al tema inicial, creo que algo tiene un olor malo, algo me hace pensar que el tablero se está quedando sin fichas. Las risas se acaban.

Mientras escribía esto encontré una entrada llamada «»El regreso del muero», no logré entender ni tres versos. Pero, creo, el terreno era conocido. Eso sentí. Quizás es un recuerdo fugaz que gede un rato, pero después logras esfumarlo. Por suerte, una ruta separa tu vida, y creo que para bien. Has notado cambios, muchos. Pensás, al fin, haber superado un momento. Aunque a veces el recuerdo efímero de una sonrisa vuelve a cegar todos tus sentidos, transportándote a la felicidad completa.

El balance es, tratando de pensar en positivo, bueno.





Caminos embarrados por almas escalofriantemente muertas.

2 04 2013

La selva se transformó en un agrio y frío desierto que entristece una y otra vez. Un viento helado y nocivo te aleja. Empezás a sufrir la crónica de un adiós anunciado y el final menos esperado y más doloroso para vos. Atónito, tratás de asumir y llevar adelante la agonizante situación. Imposible, tu memoria vuelve a traicionarte con felices recuerdos apabullados por negras nubes. La tormenta se avecina, cada vez peor. El sabor amargo de la «derrota», no te sienta bien.

Tratando de sanar las penas y huir, buscás una balsa, ansioso por encontrar nuevos ríos. O, por lo menos, aguas menos turbias. Pero no podés asimilar cómo llegó a desvirtuarse todo y eso no te permite divisar nuevos horizontes. La angustia, infalible, ataca perseverante con armas filosas.

Surtido es el futuro, incierto. La esperanza (siempre traicionera) te hace ilusionar con que el tiempo te de la razón.





Mi único héroe en este lío

6 03 2013

Siempre dije que Solari era de esas pocas personas que tiene la capacidad de decir las cosas de una forma muy clara. Es también una de las pocas que logra poner en palabras lo que a uno, a veces, le cuesta un poco más. Es por eso, que me tomo el atrevimiento de citar un párrafo de la entrevista a la revita «La Garganta Poderosa»:

«Hay cosas que no tienen remedio, es así de simple. La amistad es la amistad, o no es. Si yo te cago a vos con algo, no hay otra manera de verlo. Se acabó, sobre todo cuando depositaste mucho cariño, mucho amor en alguien. La decepción es mucho más grande. Cuando vos crees que alguien es leal, la traición es muy jodida. De los que vos no esperás nada, te importa un queso»





Las ratas andan siempre por lugares lamentables, acordes a su estilo.

28 02 2013

Hay una delgada línea que divide dos mundos que son una antítesis. De un lado se encuentran los seres que logran llevar acabo acciones como pensar, razonar, sentir y demás. Del otro los que no puede hacerlo. Los segundos son un pseudo rock and roll barato tirando a comercial, con acordes extremadamente desafinados por las jugadas necias, sucias y tramposas, esbozando la melodía más triste y dolorosa que una canción puede presentar. Es decir, la mierda pura. Pero eso tardamos en aprenderlo; los verdaderos actos tardan en salir a la luz. Algunos se esfuerzan por retrasar estos actos a tal punto que terminan explotando todos juntos. Y ahí si, agarren todo lo que tengan para tratar de protegerse porque la salpicada de mierda que se viene llega a niveles incalculables.

Aquí el orden de los factores altera el producto de manera importante. Pero, están quiénes saben discernir y quienes se conforman con la mediocridad penosa que algunos proponen, llevando todo a una debacle inimaginable.

El problema generalmente ocurre cuando las hormonas toman el lugar de las neuronas, si es que había. La esperanza de que las cosas pasen de oscuro a gris son casi nulas. Y si por esas casualidades ocurre, va a ser efímero. Hay que aprender que el mono va a ser siempre mono, y por más que engañe, nunca cambiará. Siempre irá en busca de la banana insípida, de esas que carecen de nutrientes. Generalmente, son las más fáciles de conseguir, están más a mano. Y la comodidad siempre gana para estos imberbes. Quizás porque no conozcan otra cosa que eso, o porque no les de para más. Siempre van de la mano de algún cuasi secuaz, porque solos no pueden. Los eternos defensores del gatismo ingrato están cada vez más a la vista.

El sentido inexistente de pertenencia juega roles claves, siempre tirando para abajo.

La bajeza no está exenta de estas situaciones. Diría que acompaña casi al mismo paso, mezclándose y transformándose en algo tan cotidiano como respirar.

Estamos subiendo arriba de un caballo a quien no debería estar, ni por asomo, por subirse a un potrillo recién nacido.

De todas formas, la indecencia de algunos no debería negarle la posibilidad a otros. Eso sí, cuidado. Se camuflan igual que los camaleones y cambian de color según la ocasión.





No hay verso que describa cuan profundo es mi dolor.

24 02 2013

El dolor más profundo
Un arrepentimiento sincero
Un vacío grande comiendo tus sentidos

El desconocimiento
La tristeza de herir a quien no lo merece
Desconcierto

Esperanza de perdón,
de sanar heridas,
de revertir errores





Muy bien supo engañar y con su copa brindó por el amor.

21 02 2013

Aun tus mentiras
Aun el dolor
Aun los malos momentos
Volví a apostar

Aun tus demagogias
Aun tus jugadas
Aun tu caradurez
Volví a apostar

Aun las falsas promesas
Aun tus pobres convicciones
Aun la tristeza
Volví a apostar

Aun tus deseos
Aun tus prioridades
Aun tus falsas risas
Volví a apostar

Aun mi buena voluntad
Aun mis oportunidades
Aun mi esperanza a que cambies
Volviste a derrumbar todo





Otra vez huele a mierda este jardín

21 02 2013

¡Minimicemos! ¡Aquí no ha pasado nada! ¡Finjamos! ¡Enterremos al muerto en el jardín de casa! ¡Corramos todos para el mismo lado y que el último se joda por boludo! ¿Puede caer aun más bajo la reputación de una persona? Yo creo que no. Pero, por lo que aquí se huele, esa amarga fragancia no molesta. Es más, arriesgo a decir que gusta y se disfruta mucho.

Motivos y razones faltan para entender este lío. Aunque podría decir que es una tradición en esta etnia. Eso es, parte de una etnia. La de los boludo-garcas, por supuesto.

Mezcla entre lástima y pena es lo que hoy siento. Antes me preguntaba cuál sería el nivel máximo de estupidez al que estas personas pueden llegar. Hoy lo descubrí. No tienen límites, siempre van por más. Eso debe generar una especie de… ¿adrenalina? No lo tengo bien en claro todavía, pero lo que sea es estímulo para seguir.

Si alguno quiere entrar en la etnia quiero decirles que estas son las dos cualidades claves para entrar: pobreza e incapacidad mental. Así que, si no cuentan con estos dotes, no van a poder sumarse a esa maravillosa cultura.

Ah, me olvidaba: cuando ustedes crean que estas personas ya llenaron los suficientes tarros con mierda, sepan que van a ir, comprar unos cuantos más (cosa de tener de reserva) y llenarlos todos. Así in enternum. Nunca cambian.





¡Adieu! ¡Bye Bye! ¡Aufwiedersehen!

16 02 2013

Creo amigo que llegó la hora que termines con toda esta farsa. Estás siguiendo piernas que van en tu dirección contraria. Creíste poder alcanzarlas, pero justo cuando llegabas te tropezaste. ¿Hasta cuándo ibas a seguir con esto? Las cosas empiezan a perder sentido cuando encontrás dolor donde buscás placer. Así que creo, que es momento que digas: ¡adieu!

Estoy seguro que jugaste todas tus cartas; diste todo lo que tenías y mucho más. Pero amigo, a veces hay que encontrar a quién darle afecto. Mi humilde opinión: te volviste a equivocar. Seguís dando vuelta sobre la misma calecita, hace rato ya. Las cosas se están poniendo fieras, es por eso que creo que es tiempo de decir: ¡bye bye!

Ojalá sirva de experiencia, a veces el dolor reiterado hace darnos cuenta de dónde hay que frenar. Lo que no quita que lo que viene sea mejor. Quizás sea tiempo de darte la oportunidad de ir por algo nuevo, de arriesgarte a más. Así que, amigo, es hora de decir: ¡Aufwiedersehen!





«Ya no hay tiempo de lamentos, ya no hay más»

14 02 2013

Creíste que estabas llegando a la cima. Que todas las piedras que te habías cruzado en el camino, habían quedado atrás. Hasta llegaste a ver el final del camino. Pero no, otro espejismo nubló tu vista hasta hacerte tropezar. Y caíste duro, peor que nunca. Te golpeaste con todas las piedras, sintiendo ese dolor que sólo comprenden los que hayan pasado por esa mezcla de frustración y desesperanza.

Nunca escuchaste a nadie. Se cansaron de gritar que estabas equivocado, y confiaste en el peor amigo del hombre: la esperanza. Me arriesgaría a decir que hoy te encontrás así por necio. Y por boludo, claro está. Hasta pareciera que te gusta sentir ese sabor amargo de la equivocación. No por nada, hoy estás donde estás. Creyendo que un simple cigarro puede revertir esta situación. Iluso.

Lo paradójico en esto, querido amigo, es que estoy seguro no vas a cambiar. Vas a seguir forzando todo para que en tu cabeza siga la película que, si llegara a tener un final, arriesgo todo a decir que no sería feliz. No para vos.

Quizás creas que nuevos aires puedan llegar a cambiar las cosas. Te deseo la mejor. Ojalá sean buenos aires y sirvan para entender, de una buena vez, como viene la mano. O, mejor dicho, como vino la mano, viene y va a seguir viniendo.





«Como un preso libertad, te necesito»

19 01 2013

Otra vez más. Acá estoy con esa necesidad de descargar todo. O casi todo. Acompañado de alguna canción que ayude al estado. Y, no es casualidad, estoy escuchando una canción que conocí por vos. Masoquismo nivel yo.

Quizás el problema radique en que la solución a todo esto es olvidarme de vos, y no quiero. Y, no me voy a hacer el canchero, no me puedo olvidar de vos. Ya debo andar por los once meses desde que empezó esta locura. Esta locura tan linda como dolorosa. Cómo pasa el tiempo, la concha de la lora.

Ya no sé qué más hacer. La situación me supera. Siento que dejé de decidir por mi. Cambio siempre todo por verte, siempre. No recuerdo una vez que no lo haya hecho. Y, como me dijo mi psicólogo, genero encuentros frustrados: nunca voy a conseguir lo que quiero por el simple echo de que vos buscás otra cosa.

“¿Vas a volver a herirme, otra vez?”  Es bastante pelotudo todo, porque soy yo quien se hiere. Fui siempre yo el boludo, y eso está más que claro. Por lo menos para mi. Se cansaron de decirme que uno no elige con quien se engancha pero, créanme, esta vez yo elegí hacerlo. No es que me arrepienta, pero me hubiera encantado que la cosa sea recíproca. O no llegar a todo esto, donde me estoy haciendo mierda al pedo. Donde sé que yo me expongo a ciertas situaciones.

«Un poco de amor francés no muerde, tu lengua no. No es sincera, pero te gusta oirla» Y si habré oído mentiras…. un libro puedo llegar a escribir. Y me quedo corto. Ahí está el tema, en que no pude alejarme ni siquiera después de saber que me mentían en la cara. Sí, soy un boludo, no sirvo para el amor. No es lo mío, claro está.

Estoy cansado. Cansado de tenerte tan cerca y lejos a la vez. De tener que seguir fingiendo. De ver que me sonrías en la cara y tener que quedarme en el molde, conteniendo mis fuerzas interiores para no mandarme una cagada. De robarte momentos para después llegar y descargar todo acá. De que no registres ni el dos por ciento de todo lo que hice (y sigo haciendo) por vos. No sé cómo voy a hacer de acá a un mes. Sinceramente. Porque me hago el fuerte, pero no me imagino lo que debe ser una semana sin verte. Me cuesta hasta pensarlo. Y pensar que yo me hacía el canchero porque hacía bocha no me enamoraba de alguien.